Dos rostros enfrentados. El que se asoma de la ciudad con máscara y ojos bien abiertos, la convivencia urbana lo obliga a simular, a ocultar sentimientos, está en una selva y debe usar camuflaje.
El rostro inmerso en los libros con mirada entornada que sugiere concentración, ensoñación.
¿Quizás es el mismo individuo, en la duplicidad a que nos impulsa la vida?
Zapatos del Papa Francisco
Hace 10 años
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