lunes, 12 de enero de 2009

Las orquídeas

¡Qué contradicción! En su medio natural -la exhuberancia selvática- no son más que comunes plantas parásitas, que al igual que otras similares tienen en común su deslumbrante belleza.
Pero ¿qué las hizo diferentes?
Por azar arribaron a la civilización y su exotismo les aseguró un papel absolutamente exquisito, transformándolas en mensajeras por excelencia de sentimientos amorosos, no exclusivamente románticos (para ello las eternas rosas), sino de ese amor muchas veces complotado con joyas y promesas no siempre cumplidas

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