miércoles, 6 de enero de 2010

Flor metálica


Ciudad de Buenos Aires, Facultad de Derecho al fondo, la encontramos al frente. Se la llama flor pero no ha florecido en la tierra ni pertenece al mundo vegetal, no es el resultado del misterio atávico de la incesante reproducción de la vida. Un simbolo del postmodernismo, la confusión aún de lo esencial. Es pura creación humana pensada para embellecer un parque. Quizás no es más que una metáfora apocalíptica de tiempos futuros donde el hombre se verá obligado a generar en metales el recuerdo de un mundo vegetal que ya no exista porque agotó todo aquello que la tierra es capaz de producir. Al igual que un gran girasol se abre y se cierra para señalar la presencia del sempiterno rey Febo pero no es nada más que eso, no se marchita (quizás simbolizando afan del hombre por ignorar el paso natural del tiempo?). Probablemente nos sobrevivirá a sus asombrados espectadores, recordándonos la permanencia inmutable de lo brutalmente material, que ha sacrificado en el altar de la eterna permanencia la aventura que significa la vida y su devenir

1 comentario:

  1. ¿Quién diría que esa cosa de metal podría llegar a ser de alguna manera bella?, lo lograste Beatriz!, sos grosa, sabelo!.

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